Es fundamental entender el poder que tienen las palabras en
nuestra vida. El lenguaje, las palabras, son nuestra manera de expresarnos, de
comunicarnos, y de entender el mundo que nos rodea. Pueden abrirnos puertas,
caminos, afectos, o pueden cerrarlos para siempre. Pueden ensanchar nuestra
mente a la comprensión de diversos fenómenos, de las más diversas ideas. Por
eso importante enriquecer nuestro lenguaje, y eso se hace a través de la
lectura. Pero no basta el manejo del lenguaje para comunicarse adecuadamente,
bien sea de manera oral, o de manera escrita. El lenguaje no es transparente.
Hay una distancia entre lo que pensamos y lo que decimos, pero así también
entre lo que decimos y lo que puede estar entendiendo nuestro interlocutor. Hay
situaciones de contexto que es necesario tomar en cuenta cuando utilizamos el
lenguaje. ¿Qué finalidad tienen nuestras palabras?¿Quién es nuestro
interlocutor?¿En qué contexto las estamos diciendo? Hay mensajes que en sí
mismos podrían ser inofensivos, pero dichos a la persona inadecuada, en el
contexto inadecuado o de una forma inadecuada, pueden convertirse en un mensaje
ofensivo. El lenguaje se usa en un contexto de interacción social. Si usted se
dirige a un superior es conveniente utilizar un lenguaje apropiado; si se
conversa con una persona que está molesta, debe tomarse en cuenta esa situación
particular de contexto; si se comunica con una persona de otra cultura, lo que
para usted es obvio no necesariamente lo es para la otra persona. Por lo tanto,
es pertinente no olvidar el poder de las palabras y su influencia en nuestras vidas cotidianas.